24 de noviembre de 2011

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Acá estoy, una vez más analizando al ser humano. 
Que injustos solemos ser con los demás y si no lo somos con los demás, 
lo somos con nosotros mismos. Por ejemplo, me resulta cruel que una 
persona diga “no paras de quejarte, nada te viene bien”, a una 
relación amistosa, amorosa o lo que sea. Bien, hay dos opciones, 
que a la persona a la que se refiere enserio nada le venga bien o 
que la otra persona no logre replantearse porque el otro se queja. 
Creo que en el inconsciente todos nos creemos perfectos y somos 
un poco muy egoístas. Nos cuesta mirar al costado y ver lo q necesitan 
los que nos rodean, no tenemos del todo la capacidad de 
decir: “che, el error … será mío?” o
“mi forma de ser lastima a personas de mi entorno?”… 
NO! Es mas fácil echarle la culpa a los demás, que se 
quejan una y mil veces de actitudes nuestras, pero la culpa la tienen ellos. 


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